S1 Vivienda bifamiliar | Pedroso

Casa bifamiliar

Cliente: Privado

Superficie: 455,25 m2

Equipo: por definir

Construcción: por definir

Contractualización: 2024

[En licencia]

En el encuentro entre hermanos, nace una propuesta de equilibrio.
La vivienda bifamiliar de Pedroso se organiza en una parcela longitudinal, con un gesto claro: dos casas simétricas, pensadas como mitades complementarias de un todo. El boceto muestra esta intención: una ocupación racional de la parcela, donde la repetición es el orden.

Equilibrio entre límite e identidad

Dos casas, una simetría con libertad

La anchura extremadamente reducida de la parcela obligó a adoptar un enfoque de diseño particular.
Las limitaciones del Ayuntamiento de Gaia impidieron que el programa se desarrollara a lo largo de la fachada, por lo que la propuesta se orientó hacia un diseño en profundidad.
Esta limitación dio lugar a una solución de simetría longitudinal en la vivienda bifamiliar: dos casas que se prolongan en la parcela, con accesos, caminos y espacios exteriores organizados de forma paralela pero autónoma.

A pesar de compartir estructura y lenguaje, cada unidad afirma su independencia funcional: no hay recorridos superpuestos, ni invasiones visuales, ni intersecciones innecesarias. Es una simetría básica, pero nunca de repetición literal.

Luz, límites y vida al aire libre

Patios, privacidad y permanencia

Cada casa está organizada en torno a dos patios.

Su disposición, orientada en direcciones opuestas, garantiza la intimidad entre las unidades y permite que cada casa se abra al exterior sin interferencias.

Los patios no son meros espacios de transición: son extensiones habitables de las zonas interiores que garantizan luz natural, ventilación y una escala controlada.

La orientación este-oeste permite una relación constante con la variación de la luz a lo largo del día.

En el centro, entre las dos casas, está la piscina.
Elemento compartido pero protegido, marca la separación entre volúmenes e introduce un punto de pausa.

El espacio exterior es continuo, pero fragmentado por niveles, muros y vegetación, lo que permite distintos usos sin comprometer la unidad del conjunto.

Luz, límites y vida al aire libre

Patios, privacidad y permanencia

Cada casa está organizada en torno a dos patios.

Su disposición, orientada en direcciones opuestas, garantiza la intimidad entre las unidades y permite que cada casa se abra al exterior sin interferencias.

Los patios no son meros espacios de transición: son extensiones habitables de las zonas interiores que garantizan luz natural, ventilación y una escala controlada.

La orientación este-oeste permite una relación constante con la variación de la luz a lo largo del día.

En el centro, entre las dos casas, está la piscina.
Elemento compartido pero protegido, marca la separación entre volúmenes e introduce un punto de pausa.

El espacio exterior es continuo, pero fragmentado por niveles, muros y vegetación, lo que permite distintos usos sin comprometer la unidad del conjunto.

Precisión en el trazo, ligereza en la experiencia

Una arquitectura contenida por la trama

La casa bifamiliar de Pedroso es, ante todo, un ejercicio de equilibrio.
Entre lo colectivo y lo privado, entre la simetría y la autonomía, entre la presencia y la integración.
En una parcela estrecha, el proyecto encuentra espacio para dos formas de vivir: con patios que garantizan la intimidad, terrazas que se abren al horizonte y una paleta de materiales que respeta el lugar.

En lugar de duplicar una solución, se trata de un proyecto que refleja intenciones sin repetir fórmulas. Y en este gesto de contención y rigor, construye una respuesta arquitectónica serena, duradera y profundamente habitable.

Galería de proyectos

Características únicas que lo distinguen

Vivienda bifamiliar simétrica, con dos unidades independientes y en espejo;

Parcela longitudinal con aprovechamiento racional del trazado y orientación solar;

Dos patios por vivienda, orientados a lados opuestos, garantizando el espacio habitable de cada vivienda

Terrazas y zonas verdes privadas, con conexión directa a las zonas sociales de las viviendas;

Piscina central como elemento agregador, como espacio de ocio común;